En la «marcha de las ollas vacías» exigen a la nación y a la provincia la transferencia de alimentos para los comedores comunitarios.
Organizaciones sociales que tienen a cargo comedores comunitarios y merenderos se movilizaron reclamando por las transferencias de fondos o de mercaderías, para poder seguir prestando este servicio comunitario. Los manifestantes llegaron hasta la Casa de Gobierno reclamando y mostrando ollas vacías que representan a la falta de alimentos con consignas criticas al gobierno nacional y también al local.
Varias calles estuvieron cortadas e interrumpidas al tránsito temporalmente.
Con sus delantales y las ollas, los referentes de los comedores comunitarios reclamaron más financiamiento a nivel nacional «para darles de comer a los chicos».
Las organizaciones sociales movilizaron a cientos de personas que comen en los comedores y merenderos, acompañados por cocineras y cocineros que son los encargados de preparar los alimentos. Sostienen que en Corrientes hay entre 30 y 35 comedores y merenderos. En total son más de 300 espacios donde asisten con alimentos a entre 18.000 y 20.000 personas en toda la provincia, indicaron los responsables de la movilización.
Agregaron que «cerca del 50% de estos espacios se encuentran en barrios populares de la Capital provincial y el 50% restante en el interior de Corrientes. Cada uno de los comedores y merenderos entrega entre 80 y 100 raciones de comida elaborada diariamente».
Muchos de estos espacios entregan almuerzo, copa de leche y cena. Incluyen también apoyo escolar para chicos, talleres de formación laboral para adultos, prevención contra las adicciones y contra la violencia de género, talleres de danza, música, arte, actividades deportivas y comunitarias.
Ante la falta de entrega de alimentos por parte del Estado nacional y ante el incremento exponencial de la demanda por la situación de crisis, muchos de estos espacios comenzaron a cerrar y miles de familias de Corrientes comenzaron a quedarse sin su plato diario de comida, también sin actividad educativa para los niños.
Ante está situación, las organizaciones están pidiendo al Estado nacional, a través de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (Utep), que reanude la entrega de alimentos e insumos para sostener los espacios que garantizan en Corrientes por lo menos un plato de comida y una copa de leche a unas 20.000 personas.
Días atrás, desde el Ministerio de Capital Humano anunciaron que está trabajando en transparentar la política alimentaria. Y anunciaron: «Se dio de baja al sistema de entrega discrecional de alimentos secos para implementar la modalidad de transferencia monetaria directa a los comedores y asociaciones sin intermediación. Queremos terminar con los gerentes de la pobreza. La prioridad es y será que ningún argentino pase hambre», afirmaron. Y aseguraron: «Se ha aumentado el monto de dinero destinado a los más necesitados para que puedan comprar comida».
En el ministerio que conduce Sandra Pettovello, donde ayer a la tarde echaron a Pablo de la Torre, secretario de Niñez y Familia, señalaron que llevaron adelante una auditoría y a partir de los resultados han «decidido limitar las competencias de los funcionarios y empleados responsables que, por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería»
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