El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno de Javier Milei alcanzaron un acuerdo para completar la octava revisión del programa vigente con el organismo, despejando el camino para liberar un nuevo giro por alrededor de 1000 millones de dólares.
El Fondo elogió el “gran progreso” y dijo que se alcanzaron resultados “mejores de lo esperado”, pero a la vez advirtió que “es necesario que continúen realizándose esfuerzos para mejorar la calidad y la equidad de la consolidación fiscal, afinar los marcos de política monetaria y cambiaria”, además de “atender los cuellos de botella para el crecimiento”.
El nuevo acuerdo técnico con el staff del Fondo debe ser ratificado por el Directorio Ejecutivo, y llega luego de que el gobierno nacional logró cumplir con margen de sobra las metas fiscales y monetarias acordadas a principios de este año.
El cierre exitoso de una nueva auditoría del Fondo a los números del país vuelve a mostrar la renovada sintonía con el gobierno de Milei, que impuso un fuertísimo ajuste fiscal y anuló el financiamiento del Banco Central al Tesoro para doblegar la inflación, una receta ortodoxa alineada con la visión del Fondo.
En los últimos meses, el Fondo y Departamento del Tesoro elogiaron los “impresionantes” avances logrados en los primeros meses de la gestión del ministro de Economía, Luis Caputo, en particular la baja de la inflación, más profunda a la prevista originalmente, la caída del riesgo soberano y la acumulación de reservas, una variable sensiblemente relevante para el Fondo. Pero los mensajes oficiales que llegaron desde Washington también dejaron en claro que queda trabajo por hacer para terminar de perfilar el programa económico y sacar al país de una profunda crisis económica de varios años.
Los mensajes que han ofrecido el Fondo, el Tesoro, y la lectura de inversores y analistas que estuvieron en Washington el mes pasado para la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial, y que siguen de cerca a la Argentina ofrecen un menú de temas pendientes en la política económica. En esa lista aparece, primero, la tarea de mejorar la calidad del ajuste fiscal para repartir la carga del ajuste, proteger a los más vulnerables –un mensaje recurrente que baja desde Estados Unidos– y darle sustentabilidad al superávit logrado en los últimos meses. Otro tema pendiente en la mente de los inversores es si Milei logrará amalgamar suficiente respaldo político para sacar reformas del Congreso, una deuda que podría comenzar a saldarse con la aprobación de la Ley de Bases, ya en el Senado.
Y otra discusión que comienza a ganar tracción es, una vez más, el valor del dólar y la política cambiaria del Banco Central.